Arropados por la música universal bailamos, flotando alrededor de una pequeña estrella en la falda de una preciosa joven descalza. En continuo movimiento crecemos y de la actividad nace el futuro.
Las pequeñas y frágiles criaturas, a las que la joven Gaia llevaba cariñosamente en su regazo, dejaron de mirar al cielo estrellado o de sentir a la tierra que les daba la vida y comenzaron a enfermar su mirada, crearon una civilización ciega e insensible. Viviendo según las proyecciones de su mente, dejaron de sentir el cariño y la protección de la tierra, y dejaron de sentirse mecidos en el baile alrededor de la pequeña estrella. Ya solo pensaron en ellos mismos, y se sintieron el centro del universo, olvidaron su fragilidad y atentaron contra su madre que les ha dado todo. La joven Gaia está triste, enferma y enfurecida.
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